Aunque esta película se estrenó en 2005, está prolijamente ambientada entre los años 1968 y 1969 en París, particularmente en mayo del 68 cuando se iniciaron las protestas perpetuadas por un grupo de estudiantes de izquierda, contrarios a la sociedad de consumo instaurada en el gobierno de Gaulle, a la cual posteriormente se le unieron grupos de obreros industriales, los sindicatos y el partido comunista francés, resultando en la mayor huelga general de la historia de Francia y posiblemente de Europa Occidental.
Planteado este escenario, el director, escritor y diseñador de escenografía Philippe Garrel, nos presenta un grupo de estudiantes hippies, en su mayoría artistas, que se conjugan entre opio, pintura y discursiva política. De este grupo nacerá la historia de la pareja François y Lilie, una historia pura, fuerte y sincera. Los personajes principales son protagonizados cuidadosamente por el consagrado a temprana edad Louis Garrel (hijo del director) y la polifacética actriz Clotilde Hesme (Les chansons d'amour, 2007).
Todos estas características de la pareja concretan en la libertad, pues eso mismo nos vende Garrel con cada historia que escribe, un sueño de libertad en todos los sentidos posibles (sí, incluso económico), mostrándonos diálogos reprimidos entre la figura del proletariado y la burguesía, además de la represión, la persecusión, la soledad del intelecto y universalidad de pensamiento. Todo esta carga idealista representada en la relación que existe entre los más poderosos y los menos beneficiados pondrá en tela de juicio nuestras metas e ideales (No es la típica historia de Romeo y Julieta, es un relato más real).
Si quieren sufrir de ira, y al mismo tiempo, ganar inteligencia emocional, por favor, no dejen de verla. Ah, lo olvidaba, a nivel técnico es una obra exquisita única en este siglo XXI, con una cinematografía en blanco y negro digna de un premio nobel si existiese, está en las manos de William Lubtchansky. Los ritmos temporales rinden homenaje al cine nacido en esa misma época del 68 La Nouvelle Vague, todo el film es una oda al temprano Truffaut, incluso existe una toma donde el personaje principal, encara la camara rindiendo homenaje a Goddard, mencionando literalmente "Bernardo Bertolucci", siendo este acto una bofetada de la película a todo el cine que se auto declara "post-moderno", pues cabe mencionar que este largometraje revisita también la película "The Dreamers, 2003" de Bertolucci, siendo evidente con la mencionada acotación de su nombre, esta película estrenada dos años antes y en el cual Louis Garrel hijo de Philippe Garrel también protagonizó a un joven estudiante envueltos en las protestas del 68 en París.
Esta vez no les dejaré el trailer para que disfruten al máximo cada escena pues vale la pena cada segundo.
No queda más que decir que si aman el cine francés, esta es su oportunidad de disfrutar de quizás el film más espeso y exquisito desde aquel trabajo de Jean Eustache (La maman et la putain, 1973).
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